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Con emotivo concierto de histórico órgano musical se celebró el domingo de Resurrección en Andacollo
El pianista, Matías Schwartz, estuvo a cargo de reinaugurar el instrumento que estuvo en pausa por más de 50 años en la Basílica.
Con gran emoción se llevó a cabo el término de semana santa en la comuna, y fue, precisamente, por la celebración de la resurrección del Señor este domingo 31 de marzo. Sin duda, una fecha que los fieles no olvidarán, porque, además, pudieron disfrutar de un concierto inédito del órgano construido en 1907, en los talleres del señor Oreste Carlini y por encargo del Obispo de La Serena de la época, Florencio Fontecilla.
La construcción del instrumento musical tuvo grandes avances para la época, lo que permitió que Andacollo contara con un órgano digno de grandes establecimientos a nivel mundial. Por eso, durante este domingo, el concierto acaparó la atención del público, quienes se mostraron felices al escuchar las melodías después de tantos años de silencio.
“Queríamos concluir la conmemoración de la semana santa con este concierto del señor Matías Schwartz, un joven pianista de Santiago, quien se enteró que después de 50 años habíamos reconstruido el órgano y quiso aportar con su talento y tiempo para compartir con nosotros de este tesoro”, indicó el padre Adam Bartyzol.
Asimismo, Matías Schwartz, pianista clásico, expresó que, “Es un honor para mí estar aquí en esta basílica con tanta historia, y poder tocar en este órgano de más de 100 años fue un honor, lo disfruté mucho, creo que la gente también”. Además, agregó que, “Creo que recuperar este órgano es un acto invaluable, en Chile hay muchos órganos, pero ninguno tan grande como este, hay muy pocos con dos teclados, y aparte, este órgano estuvo diseñado por un italiano, pero fue construido en Chile y con maderas nacionales, así que es un lujo y un orgullo de poder tocarlo”.
El órgano fue reinaugurado el pasado 2 de febrero, pero en esta ocasión se estrenó ante el público presente a través del concierto. La gente se mostró muy agradecida, participativa y emocionada, ya que los sonidos del órgano permitieron rememorar épocas pasadas, e incluso, algunos se emocionaron hasta las lágrimas, trayendo al presente recuerdos de cuando dicho instrumento sonaba con frecuencia en Andacollo.
