Un profesor de estado que dedicó su vida a la música y a la enseñanza, marcando la vida de muchas personas por su destacada trayectoria en la comuna.
“Andacollo, tierra del oro y la amistad. Pueblo noble, Andacollo como tú no hay otro igual”, es el coro que Humberto creó para el himno de la comuna, describiendo la nobleza de su gente y la tradición minera que es parte, hasta hoy, fundamental del desarrollo de las familias que habitan la ciudad. Humberto Santander solo tenía 4 años cuando llegó a vivir a Andacollo junto a sus padres y su hermana y desde ahí comenzó a desarrollar su vida, sin pensar que sería parte importante del patrimonio cultural local.
Sus estudios los llevó a cabo en la ex Escuela N°1 de Hombres, establecimiento donde participó activamente en el coro de la parroquia, dirigido por el padre Blas Hernández. Posteriormente, continuó sus estudios de humanidades en el Colegio San Luis Gonzaga en Coquimbo, y, finalmente, comenzó a trabajar en Andacollo junto a su padre, perfeccionando sus habilidades literarias y musicales. En este sentido, gracias a sus ventajas artísticas y su afán por servir a la comunidad, en 1947 fue nombrado director y profesor de la Escuela de Chepiquilla, por parte del ministerio de educación
El compositor tuvo contrajo matrimonio con María Inés Maureira Rodríguez, quienes tuvieron cuatro hijos. Además, Humberto Santander fue gran amigo de su cuñado, Don Raúl Monreal, quienes, unidos por la música y la composición, participaron de grandes bailes y encuentros musicales en Andacollo.
Pero, sin duda, uno de los grandes hitos que marcó su trayectoria fue la composición del himno de Andacollo en 1940, permitiendo la identificación de cientos de andacollinos que con orgullo y emoción cantan hasta hoy las estrofas de aquella canción. La música del himno fue creada por Raúl Monreal y la pieza musical fue presentada a todo Chile en el programa Discomanía, conducido por Raúl Matas. Finalmente, el himno fue grabado por la prestigiosa orquesta del maestro Federico Ojeda y cantante Mario Aguilera, siendo difundido por las ondas sonoras de ex Radio Minería.
La vida de Humberto estuvo marcada por las melodías y su pasión por la composición, participó en variados festivales organizados en el norte de chile, logrando triunfos y reconocimientos por sus creaciones que fueron grabadas por sellos discográficos nacionales de la época y por reconocidas agrupaciones y artistas, entre las que se destacan: Los de las Cumbres, Fórmula 5, Germain de la Fuente, Los Golpes, Los Pampinos y otros grupos musicales folclóricos del norte.
Finalmente, tras un tiempo viviendo en el norte, el profesor se trasladó a Santiago, donde continuó desarrollando su talento musical, creando himnos y formando coros para los colegios capitalinos. Uno de sus grandes éxitos lo obtuvo con la canción Llamerito, que fue interpretada por el grupo Los Pampinos en el Festival de Viña del Mar de 1989, donde obtuvo el 2º lugar y Gaviota de Plata.
El 15 de diciembre de 2012, Humberto falleció, dejando una huella de música y enseñanzas, que, sin duda, marcaron a distintas generaciones a lo largo de los años y que aún lo recuerdan con cariño y emoción.