Una instancia que ha enriquecido al profesor y a sus estudiantes, quienes aprenden constantemente a desarrollar habilidades y a elevar su potencial.
Para el músico y profesor andacollino, Julio Vega, esta oportunidad ha sido un desafío que ha tomado con orgullo y entusiasmo, donde enseña a niños, niñas, adultos y personas mayores, sobre la batería, los platillos, los ritmos y la música, un arte que permite desarrollar una sensibilidad y conexión más allá del lenguaje.
El taller de batería de la Escuela de Talentos de Andacollo, que, dicho sea de paso, es una escuela que ha permitido un desarrollo muy importante en la inclusión dentro de la comuna, acoge a todos quienes desean unirse a experimentar el arte, y, en esta ocasión, los protagonistas de la batería son Luciano Olivares y Rodrigo Argandoña, dos bateristas que aman la música y que han sido apoyados por sus padres y por el profesor Julio.
Para Julio Vega, instructor del taller de batería de la Escuela de Talentos, esta ha sido, “una experiencia fascinante, nunca había hecho clases a niños con TEA o neurodivergencia, pero tienen un don muy especial, y más que uno enseñarles, ellos enseñan. Están contentos con las baterías y es un momento muy agradable para mí”.
Además, el profesor señaló que, “fue difícil comenzar, pero lo que nos entregamos mutuamente con ellos, a parte del respeto y de saber cómo compartir, es algo enriquecedor, porque se forma un vínculo y una etapa de superación. Este es mi sentido, enseñar y hacer clases a niños, adultos y personas mayores, y es muy importante, es algo inolvidable, porque una cosa es ser músico, pero estar siempre ligado y enseñando es extraordinario”.
Para Constanza Contreras, mamá de Luciano, integrante del taller de batería, es una oportunidad y expresó que, “estoy muy agradecida del profesor Julio y su esposa, porque recibieron a Luciano con los brazos abiertos, y como dijo el profesor, Luciano ha sido nuestro maestro, nosotros somos los aprendices, me ha enseñado muchas cosas, además de ser mamá, me enseñó de la inclusión, y con la música ha desarrollado mucho, es un niño feliz y alegre, estoy muy agradecida de esta oportunidad”.
Luciano tiene síndrome de Down y se encuentra participando de la sala multisensorial de la Escuela de Talentos, donde ha desarrollado mejor su motricidad, y ha mejorado sus habilidades, obteniendo el mayor provecho de lo que a él le gusta. Asimismo, los estudiantes del taller de batería, han avanzado en distintos niveles, lo que motiva a la escuela a seguir fomentando este arte y promoviendo la inclusión en toda la comunidad andacollina.