Este martes recién pasado la noticia del fallecimiento de la Madre Estefana Ibáñez López, conmovió a la comunidad andacollina, pues la religiosa desarrolló su labor misionera en nuestro pueblo.
La Madre Estefana murió en Valladolid a los 94 años de edad, de los cuales 77 estuvieron consagrados a Dios, dejando grandes recuerdos por su labor humanitaria, educativa, evangelizadora y social en pos de niños, niñas, hombres, mujeres y adultos mayores que requerían de ayuda espiritual o material.
La Misionera Corazón de María llegó a mediados de la década del 80 a Andacollo donde impartió clases de matemáticas a varias generaciones de la recordada Escuela Particular de Niñas N°2. Como profesora de química fue precursora al crear el laboratorio de ciencias y realizar cultivos hidropónicos.
En lo humanitario destacó su activa participación encabezando la acción social de la Parroquia, junto a un grupo de voluntarias realizaban rifas y baratillos de ropa de forma mensual para obtener recursos destinados a apoyar a familias de escasos recursos.
Durante la misa celebrada en su memoria el miércoles, una de sus hermanas religiosas, Monserrat Gotés, resaltó que “impulsó la formación de la Agrupación la Alegría de Vivir, para aquellas familias con hijos o hijas con discapacidad. Como ella sabía hacerlo muy bien, puso al servicio todos sus talentos y les acompañó cada semana en muchas actividades”.
Dentro de su labor pastoral es recordada por ser la guía espiritual de la comunidad cristiana San José Obrero del sector de Chepiquilla, a quienes ayudó en su formación y también en la construcción de la capilla que fue inaugurada en mayo de 1988, convirtiéndose en una de las Fiestas Patronales tradicionales que se celebra el 1° de mayo desde hace 33 años.
Finalmente, la Madre Monserrat dijo que “agradecemos a Dios por haberla traído a Chile, por haber caminado a su lado, por haber aprendido de ella y por ser testigos que el amor de Dios es para entregarlo a los demás y que vale la pena gastar la vida por su Reino. Estefana, damos gracias a Dios por tu vida, sencillez y porque Dios te puso en nuestro camino. Para todas las personas y familias que compartieron aquí, en Andacollo y que te llevan en el corazón, sé que nuestras palabras les resultarán insuficientes. Pero tengan todos la certeza de que ella les llevó en su corazón siempre y hoy más que nunca intercederá ante Dios por todas las realidades que aquí conoció”.