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Parroquia de Andacollo vive de manera especial la Cuaresma 2018

16 febrero, 2018

El párroco de Andacollo, padre Adam Bartizol, invita a tener una actitud de recogimiento y reflexión a los católicos.

 

Desde el 14 de febrero al 29 de marzo se lleva a cabo el periodo de Cuaresma y, en la comuna de Andacollo, los fondos recaudados en Cuaresma al igual que en el año 2017 están destinados a los adultos mayores.

En el caso de nuestra comuna, los recursos se canalizan a través de la oficina de la Acción social y el año pasado fueron destinados a adquirir baños portátiles para enfermos postrados, además de una actividad recreativa con el club de adulto mayor Tierra Santa que pertenece a la parroquia de Andacollo.

Durante este especial, periodo la imagen de la Virgen ha sido vestida de color morado, que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

Dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

El padre Adam Bartizol, párroco de Andacollo, explica que “en la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios”.

Por ello, nos cuenta el padre, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. “En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección”, señaló Bartizol.

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