El Templo Chico fue erigido en 1772, y es el lugar de residencia habitual de la sagrada imagen de la Virgen de Andacollo. Comenzó siendo una pequeña capillita de paredes de barro y techo de coirón.
Paulatinamente, y a fuerza de la devoción creciente del pueblo, se fue transformando en un templo de aspecto austero pero con una decoración barroca, sobre todo en el retablo recubierto de plata donde se venera la imagen milagrosa. Un vestíbulo provisto de escalinatas de mármol negro conduce al camarín de la Virgen, consistente en un oratorio octogonal dotado de una elegante cúpula sostenida por columnas corintias y adornado con los misterios del Santo Rosario. En el camarín los devotos tiene una visión aproximada de la imagen, que se puede girar a voluntad, y pueden allí expresar sus peticiones.
En el Museo de Ofrendas adyacente los peregrinos pueden admirar una enorme cantidad de regalos y exvotos, entre ellos descuellan los regalos de la Gran China, la ropa de gala de la Virgen, la sala de los Jarrones y una valiosa colección de joyas.