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En el cerro Calvario se realizó la consagración a la Virgen de Andacollo
Esta Fiesta Chica 2020 será sin duda una celebración recordada dentro de los hitos históricos del Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Andacollo, pues se desarrolló sin la asistencia de los tradicionales Bailes Religiosos y sin fieles en los templos.
Pero lo más relevante es que el sábado 3 de octubre se efectúo la consagración a la Imagen de la Chinita en el cerro El Calvario, allí se encomendó y se oró por Andacollo, siendo ésta la segunda ocasión desde que llegó en 1676 que es trasladada hacia las afueras del pueblo, la vez anterior salió a Coquimbo para la visita de San Juan Pablo II en 1987.
Con la presencia del Cacique General de los Bailes Religiosos, Jaime Guerrero, del Segundo Cacique, Horacio Rojas, y de las misioneras Corazón de María, el rector del Santuario padre Adam Bartyzol pidió por la protección de Andacollo, de Chile y del mundo, especialmente en estos tiempos de pandemia.
El padre Adam en su oración explicó que “nos consagramos a la Virgen de Andacollo, porque ha sido un año muy difícil por eso quisimos reunirnos aquí para entregarnos una vez más a nuestra madre y confiar a ella nuestras vidas, problemas, esperanzas y expectativas, nuestro presente y nuestro futuro. En sus brazos y bajo su manto materno siempre nos sentimos más seguros y más protegidos, estamos en el cerro de la Cruz, desde este cerro día y noche nos acompaña la Cruz de Jesús que es un signo de nuestra salvación”.
El religioso, comentó que la idea es construir a futuro una pequeña ermita con la Imagen de la Chinita, para que sea un lugar de oración y de recogimiento para los andacollinos, peregrinos y devotos, quedando así un testimonio de que la Virgen estuvo allí en este año de pandemia. Además servirá como recuerdo de que este lugar ya está bendito al haber recibido la visita de la Sagrada Imagen.
Oración de consagración
“Madre de Andacollo, mujer de nuestra tierra con confianza de hijos desde esta altura te pedimos que cubras Andacollo y a todos los pueblos de nuestro querido Chile y del mundo entero con tu manto materno, que sigas cuidando nuestros valles, mares y montañas, sobretodo a los niños, jóvenes, trabajadores, gobernantes, especialmente enfermos y pobres y a todos los que sufran. Llévanos por el camino correcto, corrige nuestros errores, enséñanos como perdonar y amar, nos comprometemos a hacer lo que nos pediste en Caná de Galilea y que nos pides constantemente en tu Santuario de Andacollo: “Hagan todo lo que mi hijo Jesús les diga”. Jesús nos pide hoy que seamos un solo corazón y una sola alma, un pueblo fuerte para peregrinar entre luces y sombras buscando justicia y anunciando el Reino de Dios. Madre del evangelio viviente, manantial de alegría para los pequeños protégenos, fortalécenos y acompáñanos porque bajo tu manto no hay nada que temer”.
