La señora Erika Aguilera es una esforzada andacollina, viuda y madre de cinco hijos que lleva más de tres décadas dedicada a la elaboración del pan.
La suya es una historia de esfuerzo y sacrificio, pues partió con lo mínimo, nos comenta que cocinaba de tres a cinco kilos de pan en una hornilla pequeña con la ayuda de su esposo. En la actualidad hornea 20 a 25 kilos diariamente, y los domingos son 50 kilos.
Como su producto tuvo buena aceptación, construyeron un horno de barro que les permitió aumentar la cantidad de panes amasados. Durante 15 años, ese fue el método de cocción, para lo cual doña Erika y su familia salían a recolectar la chamiza y leña por los cerros aledaños a nuestra comuna para caldear el horno.
Al pasar los años, finalmente pudieron adquirir un horno de segunda mano para lo cual ahorraron con mucha perseverancia. Además, a través de un proyecto Fosis le entregaron otro horno, lo que le permitió consolidar aún más este emprendimiento, ampliándose a la elaboración de chaparritas y empanadas.
Si hay algo que destaca en la señora Erika es el amor por su trabajo, se dedica con alegría y cariño a esta labor, pues señala que “para mí ha sido bueno, no me acostumbro sin amasar, como 4 años estuve enferma y pensaba en volver amasar, es algo que me llena, es parte de mi vida. Estoy feliz con esto no sé hasta cuando trabajaré, pero mientras tenga vida y salud lo seguiré haciendo”.
Su negocio está ubicado en la calle Bellavista N°9, en El Curque, y atiende todos los días a su clientela, además del tradicional pan amasado ofrece diferentes productos como cecinas, huevos, paltas, etc. para acompañar los desayunos u onces de su fiel clientela, que llegan de todos los sectores de la comuna.