Gracias al proyecto CAT “Recuperación y revitalización de saberes ancestrales” que se adjudicaron, la agrupación desarrolló distintas capacitaciones en medicina herbal, alimentación, telares y orfebrería.
Como una forma de interactuar con la comunidad y mostrar sus aprendizajes, la agrupación Cullu Anta realizó una exposición de todos los trabajos de las distintas áreas de aprendizaje el pasado viernes, en la plaza de la comuna. Una instancia donde se conoció más de la comida ancestral, medicina con hierbas, tejido de telares y la orfebrería con iconografía precolombina, este último tuvo su certificación en esta ocasión.
Durante todo el 2024, la agrupación impartió talleres gratuitos con inscripciones para quienes quisieron experimentar y conocer acerca del mundo ancestral y de su recuperación y revalorización a través de distintas técnicas, una iniciativa que se desarrolló gracias al apoyo de los fondos CAT, y también contó con el apoyo del Sindicato de mineros pirquineros con la utilización de sus dependencias.
Erika Álvarez, presidenta de la agrupación Cullu Anta, indicó, “tuvimos comidas ancestrales, joyería, telares y medicina herbal, hoy culminamos este taller y estamos muy emocionados de ver lo que logramos y todo lo que costó, porque no sabíamos de esto, pero nuestro sacrificio dio frutos. Nos volvimos a adjudicar fondos CAT para este año y esperamos seguir con nuestros talleres, especializándonos y aprendiendo más de nuestra cultura”.
Asimismo, la presidenta destacó el apoyo, “para nosotros es muy importante contar con los recursos y agradecemos a la minera, porque somos una agrupación que estamos mostrando cultura a nuestro pueblo, y agradecemos que nos tengan presentes para continuar con este legado indígena y el rescate de las tradiciones”.
Por su parte, Silvia Cortés, integrante de la agrupación y participante de los talleres, expresó, “fue una muy linda experiencia porque pudimos aprender cosas nuevas, aprendimos a hacer remedios, aprendimos a trabajar en telares, en cobre, algo que yo no había hecho. Ojalá se sigan dando estos talleres para seguir aprendiendo y salir de la rutina”.
Cabe destacar que las muestras de los trabajos también fueron compartidas en el jardín infantil Mundo de Amor, ubicado en el barrio norte de Andacollo, donde los más pequeños pudieron aprender más de esos trabajos y las técnicas ancestrales, una forma de interactuar con la comunidad y acercar a las nuevas generaciones a los conocimientos históricos de las raíces culturales y artísticas del país.