Desde que llegó a Andacollo hace 33 años, que Hilda Orellana se ha dedicado a la minería independiente, buscando en los cerros el preciado oro, hoy es parte del grupo de mineros que trabaja en el proyecto Las Loas de la agrupación Andacollo Fuerza y Esperanza y dice que es primera vez que tiene una mina propia.
Hilda Orellana llegó en el año 1983 a nuestra comuna y a los dos meses comenzó a sacar “desmontes”, que es un mineral de baja ley “me encantó el trabajo y se lo traté de inculcar a mis hijos pero no me fue muy bien y sólo una hoy me acompaña en mi mina. Tiene 7 hijos adultos, la menor tiene 28 años y ella es la que la ayuda.
Nos comenta que se separó hace muchos años de su marido porque a él no le gustaba la minería “él se fue a Santiago y nunca más regresó, no le gustó el trabajo que yo hacía, nunca me apoyó en esto porque no le gustaba, ya que yo vivía en el cerro”.
“Yo puedo estar todo el día en el cerro y cuando no vengo es porque tengo que cuidar a algún nieto o alguna emergencia, yo vivo de esto, con esto me mantengo”, indicó Hilda. Comenta además que “este proyecto nos da mucha seguridad y más encima hemos podido postular a proyectos, por lo que estoy muy feliz ya que me salió aprobado uno y con eso podré comprar herramientas e insumos para poder trabajar, para nosotros es una gran ayuda”.
Dice que igual el oro es algo complicado “en una semana yo puedo sacar 10 gramos, a la otra saco 3, igual depende mucho de la suerte aunque igual tenemos identificado los puntos donde está más concentrado el oro, aunque a veces las betas vienen pobres pero si seguimos bajando excavando más profundo la cosa se va arreglando”.
Comenta que ella sola ha ido excavando su punto que lleva su nombre “Punto La Hilda”, obviamente con la ayuda de maquinaria ya lleva 10 metros de profundidad y con ayuda de una escalera baja a trabajar en busca del oro, escalera que ella misma confeccionó junto a su hija.
Dice que aunque tradicionalmente la minería era para hombres “si a usted le gusta este trabajo ya no hay diferencias entre hombres y mujeres, de todas maneras mis compañeros son muy educados y cooperadores conmigo”.
Además Hilda se ha ido perfeccionando realizando varios cursos relacionados con este trabajo, por lo que además de la experiencia, cuenta con bastante conocimiento en diversos temas.
Desde las 9 de la mañana se encuentra trabajando hasta las 16:00 horas que ya se vuelve a su casa, aunque a veces debe seguir y se queda hasta las 7 de la tarde. Dice que espera seguir en este trabajo “hasta que me dé el cuero”.