Muchas veces nos hemos preguntado quién construyo el altar de la Virgen del Rosario que está en las alturas del Cerro El Curque, que se encuentra ubicado entre la población Casuto y El Curque. Muchos mitos han surgido en torno a quién sería el responsable de tan bello homenaje a nuestra Chinita de Andacollo.
Creyentes y devotos de la Virgen concurren hasta el lugar a pedir y dar gracias por los favores concedidos. No es tan fácil llegar, ya que sólo se puede hacer a pie o algunas veces en bicicleta, porque está en pleno cerro, y esa es la idea, que nos cueste llegar a ella, que sea un sacrificio que le ofrecemos a la Virgen del Cerro.
La historia de la construcción de este lugar de oración y reflexión se remonta al año 2011 cuando un trabajador andacollino, luego de enterarse que padece una complicada enfermedad, decide levantarse, ejercitar en los alrededores de Andacollo, hasta llegar al cerro el Curque. Es allí donde siente la necesidad de levantar un altar a la Virgen de Andacollo, lo hace a pulso, pese a que su enfermedad es autoinmune y degenerativa de los huesos y los músculos.
Luis Aguirre Olivares, oriundo de Andacollo, vive en el sector Casuto, casado, tiene dos hijos, siempre se había desempeñado en faenas mineras y el año 2011 se encontraba trabajando en Calama con largos sistemas de turnos, pero siempre con el espíritu emprendedor de aprender cosas nuevas.
Estando en el norte Luis comienza a sentirse mal de salud, tuvo que realizarse una serie de exámenes y el diagnóstico fue Poliomiositis, que es una enfermedad autoinmune que provoca debilidad muscular, sensibilidad y daño en los músculos. Cuenta que desde que se enteró del diagnóstico, “siempre fui disciplinado, tuve buenos médicos y me traté en clínicas en Santiago por Fonasa”.
Desde ese momento la vida le cambió ya que había instancias en que ni siquiera podía moverse, luego de varias licencias Luis jubiló por discapacidad porque en esas condiciones de salud no podía trabajar formalmente, pero no se dio por vencido aunque había momentos de debilidad.
Nos comenta que siempre ha sido una persona perseverante y con ganas de luchar, “nunca me quise quedar en la casa sin hacer nada porque había que salir adelante, esto no me lo iba a ganar”, señala.
“Yo le digo a la gente que nunca hay que echarse a morir, pese a que en algún momento se me vino el mundo abajo, mi señora me tenía que vestir, dar la comida en la boca, me costaba caminar, pero nunca bajé los brazos”, señala Aguirre.
Un día para ejercitar le pidió a su hija que fueran a caminar a lugares aledaños al sector Casuto, ahí decide subir el cerro el Curque, “llegaba me ponía a reflexionar, leía libros de superación, llevaba mi radio y también hacia terapias y ejercitaba mis músculos”.
Esto hizo que Luis se sintiera muy bien y estando en pleno cerro decide construir una gruta. Juntó piedras, limpió el lugar y dijo que la Virgen se merecía algo mas grande, todo lo subió a pulso, “subía en bicicleta, otra parte a pie y llevaba los implementos para ir dándole forma al altar, hoy aún sigo construyendo y hermoseando el lugar incluso he plantado arboles”.
Luis dice que todo pasa por algo, que todo tiene un mensaje para nosotros y que es importante venir a este mundo a dejar algo bueno, porque siempre hay alguien que nos está protegiendo, “tenemos que ser agradecidos, yo siento que la Virgen me protege, en ese sitio hay algo especial, un misticismo muy lindo”.
De a poco los andacollinos se fueron enterando de la existencia de esta gruta y empezaron a ir a rezar, a reflexionar y a pedirle a la Virgen por familiares enfermos, por situaciones complejas y a expresarle sus distintas peticiones y hoy se ha convertido en un importante lugar de oración especialmente para la gente de Andacollo. “La clave está en la fe, en creer”, señala Aguirre.
A pesar de sus dolencias, sube día por medio al cerro a reflexionar y rezar, además que continua haciendo arreglos en el lugar, dice que ahí se siente bien que estando junto a la Virgen del cerro se siente lleno de energía y con ganas de seguir, aparentemente pareciera una persona completamente sana, a pesar de que la Poliomiositis es una enfermedad crónica que la llevará por siempre.
Nos comenta que siempre hizo esto en forma anónima y que sabe de los rumores que han surgido en torno a quien construyó la gruta, por eso aprovecha esta instancia para aclarar a los andacollinos sobre la construcción de la gruta de Virgen del Cerro el Curque e insiste en que siempre debemos agradecer lo que tenemos.
Actualmente Luis se dedica a la carpintería, hace muebles a pedido y siempre está innovando, incluso nos muestra unas cocinas solares que construyó recientemente para la deshidratación de frutas, nunca está quieto, quiere hacer cosas que lo mantengan activo, el nombre de su taller es “Espemufe”, que quiere decir “Esperanza Perseverancia y Mucha Fe”.
Luis invita a los devotos que concurren al lugar a dejarlo limpio, que lo ayuden a mantenerlo porque es un gran legado que está dejando a su pueblo. Dice que llega muy temprano al cerro, permanece una hora aproximadamente y los domingos está casi todo el día haciendo mantención, orando y ejercitando.
Tiene testimonio fotográfico de todo el proceso de la construcción de la gruta, todo lo hizo solo, llevaba desde su casa al cerro todo a pulso, hoy llena botellas con agua en su bicicleta que la tiene adaptada para llevar sus cosas, su mochila, siempre con la convicción de que la fe es fundamental para sentirse bien, para que su enfermedad no lo dañe ni dañe a su familia, “siempre voy pensando y recuerdo cómo estaba yo hace dos años que apenas me podía mover, la fe en la Virgen me tiene así y siempre voy a estar agradecido”
“Mientras Dios y nuestra Reina me de fuerzas, estaré allá junto a la gruta”, indicó Aguirre.