Es una mujer con historia, quien se ha encargado de preservar y rescatar los orígenes ancestrales de su cultura en la ciudad, promoviendo esto en la educación de niños y niñas.
Fueron años los que demoró, Luz Margarita en conocer la historia de su familia, sus apellidos y, por supuesto, su cultura diaguita. Para ella fue un descubrimiento el mundo indígena, sin embargo, ya lo tenía arraigado desde pequeña con sus ganas de aprender sobre medicina ancestral y cuidar el medio ambiente. Margarita, como todos la conocen, se desempeña en la educación tradicional en algunos colegios de Andacollo, también es dirigenta indígena y pertenece al parlamento de mujeres indígenas.
“Ser diaguita para mí es un trabajo maravilloso, tenemos mucha cultura y es muy enriquecedor, porque sentimos un renacer en este mundo, lo más lindo es trabajar por la naturaleza, y nosotros como pueblos indígenas tenemos que ser capaces de trabajar en ese ámbito”, expresó Margarita.
Ella ha sido una gran impulsora del conocimiento ancestral en las nuevas generaciones, sobre todo en el rescate de su cultura, sus raíces y el respeto por el cuidado de la naturaleza, preservando de la mejor forma posible la tierra, los ríos y el mar, una cosmovisión propia de su cultura.
“Como diaguitas trabajamos en el ámbito de la medicina y en el colegio soy educadora, la idea es concientizar a los niños y niñas sobre ese cuidado, mantener la naturaleza y el entorno”, indicó la maestra.
Margarita es reconocida en la comuna por sus labores en cuanto a su cultura, sus enseñanzas y, sobre todo, por destacar la identidad de Andacollo y la de su gente, un trabajo que ha cultivado por años y que desea seguir fomentando para las generaciones actuales y las futuras.