Este joven andacollino se especializó en el piano y pensó en estudiar Ingeniería. Sin embargo, su vocación fue más fuerte, a pesar de todas las dificultades que enfrentó. Indica que optó por la cultura porque: “Es la base de la sociedad. La cultura nos hace más humanos, más personas”.
Nicolás Blanco es andacollino, tiene 19 años y cursa el segundo año de Licenciatura en Música en la Universidad de La Serena, especializándose en el piano. Actualmente, se presenta esporádicamente con la Banda Humberto Escalante y es profesor de piano en la Escuela de Talentos de Andacollo. Dice que pensó en estudiar Ingeniería en Electrónica, pero que la música fue superior a la hora de elegir. Su sueño es llevar su talento a Europa y llevar el nombre de Andacollo a ser reconocido a nivel internacional.
Nicolás cuenta que sus inicios en el piano fueron en el 2016, cuando el destino colocó un instrumento en su camino: “Empecé hace dos años, cuando me encontré un piano eléctrico tirado en el liceo. Cuando lo vi, me propuse intentarlo. Aunque reconozco que de chico me gustaba escuchar música de piano, no me veía, en ese tiempo, siendo pianista porque no había profesores acá y las clases de piano eran muy caras fueras de la comuna. Así que aprendí de forma autodidacta. Cuando me escuchó Camila Gallardo me sugirió que estudiara Licenciatura en Música. Di la PSU pero después vino el paso más difícil: dar la prueba de ingreso. Tuve que tocar frente a la profesora para que me seleccionaran, fue un gran desafío pero lo logré. De ahí, empecé a trabajar gracias a ella, porque me sugirió que preparar un repertorio y me aventurara como solista”.
No obstante, el joven músico indica que siempre le gustó tocar música. Incluso, desde niño fue parte de la Banda Humberto Escalante: “Don Mario Cifuentes Ha sido mi pilar fundamental en esto. Si yo no me hubiese encontrado con el, no estaría aquí, porque me enseñó la música y me permitió ser parte de la banda. Estaba en quinto básico cuando me invitaron a tocar el trombón, pero no me gustó. Después, me propusieron que tocara la tuba y como la vi gigante en ese entonces, empecé a aprender. Después me cambié al saxofón. Ahora, por razones de estudio, cuando puedo voy a los ensayos y me presento con ellos”.
Finalmente, manifiesta que su trabajo como profesor en la Escuela de Talentos es una forma de ayudar a quienes se encuentran en la misma situación de cuando era niño: “Es una gran oportunidad. Me acerqué a Andrea Campusano para ofrecerme a hacer clases de piano. Lo hice solamente porque a mí me hubiese gustado que alguien me hubiese enseñado cuando chico. Más aún cuando ella me dijo que es lamentable que no haya comenzado de niño, porque ahora estaría en otros lados. Por eso, me propuse entregar las herramientas, que no tuve, a todos quienes las necesiten”.