En nuestra comuna desde los tiempos prehispánicos se desarrolló el oficio de “lavador de oro,” técnica con la cual subsistieron no tan solo generaciones de andacollinos sino de chilenos que en períodos de crisis llegaron en busca del anhelado metal.
Una de esas épocas fue la crisis del Salitre, debido al cierre de las oficinas en el Norte Grande de nuestro país. Es así como llegan a la comuna miles de compatriotas a trabajar en los lavaderos de oro.
Una de esas familias fue la de don Oscar Malebrán Ramírez, quien actualmente aún desarrolla este ancestral oficio que heredó de sus abuelos, padre y tíos. Él ha querido mantener esta tradición que lo apasiona y que lleva realizando por cerca de 34 años.
Don Oscar busca la tierra en las catas y socavones para lavarla, extrayendo del subuelo el material, porque en la capa superficial del terreno ya está agotado por la explotación histórica que se ha efectuado.
Nos explica que la técnica consiste en sacar la tierra, que es llevada a la cocha junto al agua para hacer el barro, luego se pasa por otra máquina que tiene un harnero, un puente y un peinicillo donde cae el oro.
Además, nos comenta que cada día este oficio se hace más difícil, sólo quedan unos pocos andacollinos mayores que lo ejecutan , pues no da lo suficiente para vivir solo es un complemento a las pensiones que reciben estos antiguos mineros. Por lo que no hay jóvenes interesados en aprender el trabajo de “lavador de oro”.
Pero, don Oscar dice que seguirá lavando oro porque para él significa el “rescate de la parte histórica de Andacollo, eso me motiva a seguir trabajando, pues acá llegaron mis papás, mis abuelos, mis tíos y mi hermano mayor todos estuvieron en esto.
Es un oficio muy lindo y muy sacrificado, es parte de la historia, porque está matizada de muchas cosas fuertes, de mucha pobreza; eso me lo contaban mis papás de todo lo que sufrieron, pero sin embargo Andacollo los ayudó a salir adelante”.
Tampoco pierde la esperanza de que aparezca alguien que se interese por conocer este oficio y mantenerlo por más generaciones, para que este legado característico de nuestra comuna no desaparezca.