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Ester Araya, una madre andacollina ejemplo de esfuerzo, trabajo y Fe
La señora Ester Araya, es una andacollina de corazón, pues llegó de Chuquicamata a la edad de 5 años para vivir a nuestra comuna, acá creció, se enamoró, se casó y fue madre de 7 hijos, formando así una numerosa familia junto al artesano Luis González de quien enviudó después de 60 años de vida matrimonial.
Esta madre es muy conocida y querida, porque ha estado ligada desde muy joven a los bailes religiosos, recuerda que comenzó bailando a la Virgen de Ayquina en la Segunda Región. Pero, su acercamiento definitivo ocurrió después de la muerte de sus hijos mayores (un hombre y una mujer), cuando llevó a su tercera hija para entregarla a la Virgen del Rosario de Andacollo a través del Baile de Chinos N° 8.
Se emociona y recuerda que fue el primer domingo de octubre de 1962, cuando le contó al jefe de ese Baile, don Agustín Ruiz que quería que su hija sirviera a la Chinita. Allí fue aceptada y en las fiestas posteriores llegaron otras niñitas vestidas de rosado, comenzó a enseñarles pasos y al año siguiente nació oficialmente la rama femenina del Baile Chino N° 8 con 18 integrantes.
Luego, dio un paso muy importante y el 26 de enero de 1986 formó el Baile Moreno Hijos de Andacollo, el que sin duda es como otro hijo, porque doña Ester es el alma y motor que impulsa a sus integrantes, quienes ven con mucho amor, devoción y fe, ella baila sin cesar a su madre celestial, durante cada fiesta religiosa.
Actualmente, la Sra. Ester, tras la muerte de su esposo decidió continuar con su legado y tomó las riendas del taller de artesanías en bronce, que tan exitosamente don Luis, con su apoyo, levantó y con el cual fue un embajador del patrimonio minero de Andacollo.
Doña Ester ha continuado fabricando las lámparas mineras, elemento típico del pirquinero, además que con la ayuda de sus hijos retomó la construcción de las réplicas del altar de la Virgen Morena de Andacollo.
Finalmente, esta esforzada madre, abuela y bisabuela, agradece cada instante de vida y piensa seguir luchando por su familia, ayudando al prójimo porque es la herencia que quiere dejar a su descendencia “hacer el bien sin mirar a quien”, y por último lo más importante, bailar hasta que sus piernas se lo permitan.
