Trabajó de temporera, lavó ropa ajena en casa particular, luego esta mujer andacollina por casualidad y necesidad se encontró con la fotografía, oficio que hasta el día de hoy es el sostén de su hogar.
No hay evento, acto, festival o actividad en que no nos encontremos con ella tomando fotografías, me refiero a Rodelinda González, más conocida como “La Rulo”, de risa contagiosa se hace notar en cualquier lugar con cámara en mano haciendo lo que ha sido su sustento por años.
Rulo es separada, tiene dos hijos adultos Gerardo y Elsa “ellos son mi tesoro, yo me quedé sola con ellos cuando eran unos niños, lamentablemente sufrí violencia intrafamiliar por muchos años y aún no lo supero porque es algo muy fuerte que sufrimos muchas mujeres en esta sociedad, nunca rehíce mi vida porque adoro mi libertad, aunque tengo mi pareja pero puertas afuera”.
Como se quedó sola a cargo de sus hijos, Rodelinda debió enfrentar la vida y trabajar duramente para mantenerlos, “me fui 8 años a trabajar a las parcelas como temporera, sacando papas, porotos, de todo y un día necesité sacarle una foto a mi hijo Gererdo y en ese tiempo estaba don Arturo más conocido como El Fonola a quien le tomé mucho cariño después, pero en ese momento no quiso hacer la foto de mi hijo, me puse a trabajar de lavandera en casas particulares, junté peso a peso y me compré una cámara fotográfica para sacarle fotos a mis niños y ahí la gente me pedía también que les sacara fotos, y fue así como comencé a dedicarme a este rubro”.
Ya lleva 38 años dedicada a la fotografía sin haber estudiado jamás, solo de oficio, nos cuenta “yo juntaba peso a peso para ir renovando las cámaras hasta que postulé a unos proyectos de Minera Teck y pude adquirir dos cámaras digitales, yo trabajo con la foto en papel no en computador, porque ahí se ven todos los razgos de las personas”.
Dice no trabajar con computadores, ella luego de sacar sus fotos viaja a La Sarena a imprimirlas para luego entregarla a sus clientes o sea “a la antigua”, aunque “ya no llevo el rollo ahora llevo la memoria de la cámara”.
Dice ser una agradecida de Dios porque le ha ido muy bien en este rubro y pudo sacar adelante a sus hijos, comenta “soy una peluzona y así me he ganado a mis clientes en la calle que es sonde paso la mayor parte del día”.
“Yo no me considero una fotógrafa profesional porque yo no he estudiado, a mí lo que me enseñó la máquina es lo que sé” comenta orgullosa la Rulo. Dice que ha conocido a muchos personajes del mundo artístico, no ha habido festival en que no haya estado, pero quien más le ha gustado retratar es a Palmenia Pizarro, su cantante favorita.
Dice ser súper sincera y “cuando algo no me gusta lo digo no más soy muy franca y eso la gente lo reconoce, yo siento el cariño de las personas, me gusta que me quieran y yo dar cariño también, hay que andar siempre positiva y con una sonrisa, esa es la clave”.
Finalmente Rulo señala que “voy a seguir con la fotografía hasta siempre, hasta que Dios me de vida y salud”.